El béisbol fue mi salvavidas en la universidad, un santuario de los rigores académicos que nunca me convinieron del todo. La típica vida estudiantil no encajaba como un guante; En el fondo, yo era más atleta que erudito. Mis luchas iniciales fueron una llamada de atención, instándome a cambiar de marcha y aceptar mi papel como estudiante-atleta, y no al revés.
Al reflexionar sobre mis años universitarios, los reviviría en un instante. Fueron lo más destacado de mi vida, con el béisbol al frente y al centro.
Mis padres me enseñaron todos los deportes cuando era niño, pero el béisbol lo sentía como el destino. Amplificó mis habilidades y me posicionó como un jugador de equipo invaluable.
Si bien guardaré la saga completa de mis días de béisbol universitario para otra publicación, abordemos los conceptos erróneos sobre la universidad. No todos son días de gloria; Hay altibajos, en los que profundizaré en una publicación futura.
No dejes que los detractores te disuadan de ir a la universidad; se trata de perspectiva y crecimiento personal. Mi viaje fue gratificante, pero la realidad posterior a la graduación no es todo sol y arcoíris.
De mi trayectoria universitaria, extraje cinco lecciones fundamentales :
1. Los títulos no son la única medida del éxito
Historia verdadera. El éxito no se limita al pergamino. Se trata de experiencia, dedicación, habilidades y networking. La falta de un título no es una barrera; Es un desafío sumergirse en los recursos y comenzar a construir su camino.
2. Eres una estadística, pero no desechable
La competencia es feroz y las corporaciones pueden ser impersonales. Pero no creas que eres reemplazable. Tu singularidad agrega valor. Si bien algunas empresas pueden tratarlo como un número, no todas lo hacen.
3. Tu entorno te moldea
Ya sea en el trabajo, en casa o entre amigos, tu entorno moldea tu bienestar mental. Busque cambios positivos: solicite nuevos trabajos, ordene su espacio y deshágase de las influencias negativas.
4. Adoptar el aprendizaje permanente
Escuchar es un superpoder. Absorbe la sabiduría de los que están por delante en el juego. Ser receptivo ahorra tiempo y evita repetir los errores de otros.
5. Predicar con el ejemplo
Cada acción se propaga hacia afuera, impactando a quienes te rodean. Sea consciente de su influencia y esfuércese por inspirar a través de sus elecciones.
La universidad no se trata sólo de conferencias y libros de texto; es un crisol de autodescubrimiento. Acepta el viaje, aprende de sus giros y vueltas y emerge más fuerte al otro lado.
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